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¿No te ha pasado nunca que has mirado alguna de las habitaciones de tu casa y has pensado que podrías hacer algo para darle un cambio de imagen? Entonces, comienzas el emocionante proceso de elegir pintura o el papel pintado, alfombras o persianas … Pero una labor que casi nadie considera divertida es la de mover el radiador para pintar o poner papel detrás, ¡pero esperamos que con nuestra lista de sugerencias, consejos y trucos puedas hacerlo de una manera mucho más rápida y sencilla!

Cómo mover un radiador: primeros pasos

Lo primero que debes hacer es reunir todas las herramientas y materiales que vas a necesitar. Y es que no hay nada peor que darse cuenta de que necesitas una toalla o una llave inglesa y que no la tengas a mano una vez que ya estás metido en faena.

PASO 1 – LAS HERRAMIENTAS NECESARIAS

  • Llave del radiador: es la pequeña herramienta que purga el aire de los radiadores, situada en la parte de arriba del radiador.
  • Llave ajustable o una llave normal que se ajuste: pruébala primero para asegurarte.
  • Toallas y una esponja.
  • Bandeja de rodillo de pintura: si no tienes, también puedes usar un par de recipientes de plástico viejos que sean poco profundos para que quepan debajo del radiador pero lo suficientemente grandes como para introducir una cantidad razonable de agua.
  • Cubeta.
  • Trapo para cubrir el suelo del polvo.

Las herramientas opcionales

1. Destornillador
2. Un par de medias
3. Spray lubricante de metal.

PASO 2 – PREPARACIÓN

1. Enfriar el sistema

Aunque pueda parece muy obvio, es algo que muchas veces pasamos por alto. Es importante asegurarse de que el radiador y las tuberías están completamente fríos antes de comenzar a trabajar. Si estás decorando en invierno, te recomendamos que cuentes con una fuente alternativa de calefacción en la habitación, como una estufa portátil. Es evidente que no querrás manipular el agua hirviendo que sale de un radiador al rojo vivo, pero tampoco tener la sensación de que te encuentras dentro de una nevera.

2. Configurar un área de almacenamiento del radiador

Cuando hayas retirado el radiador, necesitarás un sitio para dejarlo mientras decoras. Lo ideal es dejarlo en otra habitación, pero si no es posible, elige un espacio en la pared de la habitación que estás decorando para apoyar el radiador. Acolcha el suelo con toallas para que cualquier goteo residual caiga sobre ellas y no lo estropee. Si vas a limpiar el radiador, humedece ligeramente la toalla superior en la pila.

3.Comprobar el nivel de dificultad para extraer el radiador

Algunas veces, sobre todo si se ha colocado un suelo de concreto o laminado sobre las tuberías existentes, puede haber muy poco espacio para maniobrar. En estos casos, lo mejor es pedirle a alguien que te ayude a extraerlo.

4. Retira los estantes del radiador

Muchas casas modernas cuenta con bonitos estantes en el radiador que aprovechan el espacio de la pared en vertical, pero lo cierto es que no resultan nada cómodos cuando llega la hora de quitar el radiador, siendo bastante complicado hacerlo sin sufrir algún golpe. Observa con detenimiento el espacio en el que tienes que operar y plantéate la opción de usar un destornillador para retirar el estante antes de quitar por completo el radiador.

5. Ten en cuenta el nivel de presión

Si tus sistema de calefacción funciona a presión, habrá un pequeño dial en la caldera. Echa una foto con tu móvil para tener un registro claro de dónde debe mantenerse la presión.

6. Gira la válvula reguladora termostática (TRV) hasta cero o apágala por completo

Los TRV están configurados para activarse automáticamente a una temperatura determinada. Si la temperatura de la habitación baja, la válvula podría abrirse y causar una inundación cuando retiremos el radiador. Por eso, debemos bajas la válvula hasta cero o apagar el equipo por completo.

PASO 3 – LA ACCIÓN

1. Cerrar las válvulas del radiador.

Hay una válvula a cada lado del radiador. En los sistemas modernos, normalmente, una es el escudo de bloqueo y la otra la válvula reguladora termostática (TRV) o una válvula de cabeza de rueda, que es la que tiene los números que nos permiten ajustar la cantidad de calor que genera cada radiador. Las válvulas giran a la derecha para cerrar, a la izquierda para abrir. Cuenta cuántas vueltas se necesitan para cerrar cada válvula. Recuerda que necesitarás dar la misma cantidad de vueltas en la dirección contraria para volver a conectarlas correctamente.

2. Vaciar el radiador

Hay una tuerca grande, por lo general a uno de los lados del radiador, entre el radiador y las válvulas. Coloca algunas toallas viejas alrededor de la tubería y debajo del radiador y ten a mano la bandeja del rodillo de pintura o algún recipiente de plástico. Afloja esta tuerca con una llave inglesa. Después afloja la válvula de purga situada en la parte superior con la llave del radiador y el agua empezará a gotear. Recoge el agua en la bandeja y aprieta la tuerca cuando esté casi llena para que puedas vaciarla en el cubo. Afloja la tuerca para repetir el proceso hasta que el radiador esté totalmente vacío.

***Consejo extra 1: afloja la tuerca en el otro extremo del radiador (donde está el TRV, si tiene una), pero antes de hacerlo, tape esa área con toallas y tenga algo listo para atrapar el agua. A menudo encontrará que hay un poco de agua acumulada en ese extremo que necesita drenar antes de levantar el radiador, de lo contrario, se derramará sobre el piso.

3. Retirar el radiador

Levanta el radiador ligeramente hacia arriba y retrocede un par de pasos, manteniéndolo nivelado, luego llévalo hasta el sitio que hayas preparado para dejarlo. Recuerda que el agua residual que pueda quedar en el radiador puede ser bastante sucia y negra, por lo que es recomendable que alguien vaya limpiando el posible goteo que caiga al suelo.

***Consejo extra 2: ¡limpia tu radiador! Si tienes uno de esos radiadores antiguos, te darás cuenta de la gran cantidad de polvo que pueden llegar a acumular. Retirar el radiador le da la oportunidad de hacer una limpieza a fondo. Coge un par de medias y colócalas entre las tuberías del radiador. Después sujeta el extremo colgante y tire de él hacia adelante y hacia atrás enérgicamente. Avanza hasta el siguiente conjunto de tuberías y repite la operación. La energía estática generada por las mallas atraerá el polvo hacia ellas. Como la toalla que hay debajo del radiador está húmeda, el polvo restante se acumulará ahí y no para que no volverá a irse hacia el radiador.

***Consejo extra 3: las válvulas del radiador son propensas a atascarse e incluso pueden oxidarse. Un lubricante adecuado puede ahorrarte más de un quebradero de cabeza en el futuro. Simplemente rocía un poco de lubricante sobre un trapo limpio y frota con suavidad sobre la zona de la válvula. Repite esta operación con las tuberías del radiador. Además, si gotea o rocía pintura sobre las tuberías del radiador, te resultará mucho más fácil quitarlas si las tuberías están ligeramente recubiertas con lubricante.

PASO 4 – DECORA

Pinta o empapela tu pared, y si también quieres pintar tu radiador, es el momento de hacerlo. Usa pintura especial para radiadores, que está diseñada para superficies metálicas y resistirá la decoloración a altas temperaturas. Aplica la pintura cuando el radiador esté frío y deja secar. No obstante, debes tener en cuenta que la mayoría de los radiadores modernos están cubiertos de esmalte para estufas, por lo que generalmente no es necesario pintarlos.

PASO 5 – CUELGUE EL RADIADOR DESPUÉS DE DECORAR

Se  trata simplemente de revertir el proceso:

  • Vuelve a colocar el radiador en sus soportes. También tienes que reemplazar cualquier pequeño elemento de plástico en los soportes del radiador.
  • Aprieta ambas tuercas para volver a conectar las válvulas al radiador.
  • Cierra la válvula de purga por completo con ayuda de la llave del radiador. Coloca el TRV en su posición original.
  • Gira la otra válvula hacia la izquierda para abrirla y permitir que el radiador se llene.
  • Usa la llave del radiador para liberar el aire atrapado abriendo la válvula de purga según sea necesario.
  • Vuelve a presurizar la caldera: para aumentar la presión, encuentra el circuito de llenado (una manguera flexible que suele situarse debajo de la caldera con una válvula a cada lado). Abre ligeramente las cabezas de las válvulas con un destornillador para dejar entrar agua fría de la red para llenar el sistema. Cuando la presión sea la misma que la presión original, cierra las válvulas.

PASO 6: EL SECRETO DE UN RADIADOR FELIZ

Desafortunadamente, el aire y el agua causan corrosión cuando se combinan en un radiador, haciendo que cualquier radiador sea menos eficiente y que su vida útil sea más corta. Para evitarlo, los fontaneros añaden al sistema un fluido anticorrosivo, conocido como inhibidor. Puedes hacerlo tú mismo fácilmente siguiendo las instrucciones del fabricante para tu caldera.

Si se trata de un sistema sellado, utiliza un cartucho inhibidor, inyectándolo a través de la válvula de purga en la parte superior del radiador. Si se trata de un sistema de ventilación abierta, cuenta con un tanque de expansión o una cisterna, por el que debe añadirse. Puedes comprar este tipo de producto en cualquier tienda de bricolaje y luego, sencillamente, seguir las instrucciones.

Si necesitas ayuda para mover los radiadores de tu casa o cualquier otro tipo de modificación con la calefacción de tu casa, pídenos presupuesto gratis sin compromiso.