
Cuando el frío del invierno no nos da tregua, solemos confiar en el sistema de calefacción de nuestros hogares para hacer frente a los días más adversos. Por eso, si llega el terrible momento en el que nuestro sistema de calefacción deja de funcionar sin previo aviso, empezaremos a rezar para que se resuelva con una reparación rápida y no tener que cambiar todo el sistema.
Señales de advertencia
Cuando tu sistema de calefacción esté a punto de estropearse, empezará a dar señales de alerta sobre los problemas que pueda estar sufriendo. Es importante que estés atento a estos indicadores si tu aparato tiene ya más de 10 años.
Aunque depende de su uso, del entorno y del mantenimiento, lo normal es que las bombas de calor aguanten unos 10 años como mínimo. Los hornos suelen tener una vida útil más larga en promedio, que va de 15 a 20 años. Sin embargo, estos sistemas pueden durar hasta 30 años, por lo que es posible que no hay que reemplazarlos inmediatamente cuando nuestro sistema de calefacción alcance los 10 años.
Los síntomas de que un sistema de calefacción no funciona correctamente pueden ser los olores persistentes, los ruidos poco comunes y el polvo excesivo en la casa. ¿Evitas estar en alguna habitación de tu casa porque hace mucho más frío que en las demás? La temperatura irregular probablemente signifique que hay algo no va bien en el sistema. Y si las facturas parecen seguir aumentando, podría deberse a que la eficiencia energética de la unidad está cayendo en picado.
Todos estos son signos de que la calefacción no funciona correctamente y de que va a estropearse en poco tiempo. Si notas alguno de ellos, puede que haya llegado la hora de llevar a cabo una revisión.
Factores decisivos
Entonces, ¿reparar o reemplazar? Esa es la gran pregunta. Cuando valores las distintas opciones, ten en cuenta estos factores:
- Precio
- Seguridad
- Edad
- Eficiencia energética
- Historial de reparaciones
Si el sistema de calefacción no funciona, lo primero que debes hacer es solicitar un presupuesto de reparación a un profesional cualificado y compáralo con el precio de instalar un sistema nuevo. La mayoría de las veces la diferencia de coste puede ser el factor determinante a la hora de tomar una decisión. Otro elemento importante a tener en cuenta es la seguridad. Si tu sistema de calefacción supone un peligro para la seguridad, debido a posibles fugas de gas, tienes que cambiar el aparato lo antes posible.
Por otro lado, debes pensar que, aunque tu aparato tenga la resistencia suficiente como para seguir trabajando después de una década, es probable que no funcione de manera eficiente. Un aparato de calefacción deficiente solamente servirá para desperdiciar energía y hará que tus facturas aumenten. Con el añadido de que seguirás pagando reparaciones cada poco tiempo.
Si la edad de tu sistema te obliga a reemplazarlo, asegúrate de comprar un sistema de alta eficiencia, ya que de esta forma es posible ahorrar hasta un 20 por ciento en el consumo de calefacción. Además, este tipo de aparatos también te ayudarán a reducir considerablemente la contaminación emitida al ambiente.
Por último, reflexiona sobre cuántas reparaciones ya ha sufrido tu sistema y has tenido que ir pagando a lo largo de los últimos años. A veces, pequeñas tareas de mantenimiento como la sustitución de filtros o el sellado de conductos pueden ser suficiente para que el sistema vuelva a funcionar correctamente. Sin embargo, si tu aparato necesita reparaciones con demasiada frecuencia o ya ha tenido algunas reparaciones costosas, generalmente la mejor opción es invertir en un nuevo sistema.
El coste de las reparaciones
La mayoría de los expertos establecen un factor decisivo a la hora de decidir entre el reemplazo o la reparación del sistema de calefacción. Si las reparaciones cuestan la mitad que un reemplazo, o más, es hora de empezar a plantearse si cambiar el aparato. Con un nuevo sistema de alta eficiencia disfrutarás de una mayor eficiencia energética, facturas energéticas más económicas y una garantía del fabricante completamente nueva.
Sin embargo, si el aparato tiene menos de 10 años, una reparación debería ser suficiente para solucionar muchos problemas. Si tu sistema de calefacción no funciona, especialmente durante los días más fríos del invierno, no lo dejes pasar. Si esperas demasiado, el problema podría empeorar y posiblemente salir más caro a largo plazo.